martes, 20 de marzo de 2018

+++FLOW


El mundo del arte está plagado de resabios pseudointelectuales. El uso de las citas de autoridad para justificar y respaldar las obras de arte -ya sea por parte de los artistas, los comisarios u otro tipo de agentes culturales- es abrumador, repetitivo y cansino. Si una producción artística no se encuentra apoyada por algún tipo de statement o texto (pseudo)crítico- comunicacional (cuya función casi siempre es la de domesticar la multiplicidad de lecturas y significados de las obras solamente para esclarecer su sentido como mercancía) es sospechosa de no ser “profesional”. La producción textual de todos aquellos pensadores cuyo trabajo se cita es instrumentalizada para proporcionarle una coraza o paraguas teórico a determinadas piezas artísticas, sin que exista verdaderamente un compromiso hacia el pensamiento de dichos autores. Fuera de órbita, los textos no se ponen en relación con el ámbito propio que despliegan (una familia de otros textos y personas) sino que se expolian, dislocan y utilizan como mera etiqueta comunicativa y/o comercial.
Pepito de los Palotes hace unas esculturas muy bonitas que producen extrañas sombras en la pared. Pepito encuentra en El Corte Inglés (o en la librería El Puente) el “Elogio de la Sombra” de Tanizaki. Pepito se entera de que acaban de publicar la convocatoria para el próximo Generaciones y decide hacer un dossier. Compra el libro de Tanizaki (un escritor japonés sobre el cual no tenía ni idea) se lo fusila esa misma tarde y hace su dossier. Pepito se ha convertido en un profesional.
En este vodevil de citas de autoridad, es probable que el pensador más maltratado en las últimas décadas sea Walter Benjamin. Y también es probable que su cita más expoliada sea aquella del Ángel de la Historia. Benjamin le compró un dibujo a Paul Klee y teorizó a partir de él acerca del progreso. El progreso es, según el filósofo, el viento que arrastra volando al Ángel de la Historia, de espaldas y hacia adelante.
El Angelus Novus 2 que tienen aquí nace, of course, de esa cita. Sobrevuela los bloques de cemento, pintados con un código QR que desencadena el metatexto que ahora mismo están leyendo, rizando el rizo, friendo el refrito, con su pizca de tecnología, con su poquito de interacción con el público.
El Ángelus Novus 2 se partió el tabique nasal cuando en una de esas arrastradas del viento chocó contra el mar. Desde ese día lleva un casco puesto por si se da otra hostia. El viento que lo arrastra es el de la posmodernidad.